martes, 10 de mayo de 2011

Tras los pasos de sus hermanos


Cuando el balón empiece a rodar el 29 de julio en la Copa Mundial Sub-20 de la FIFA Colombia 2011, las miradas de los aficionados de todo el planeta se dirigirán sin duda hacia los jugadores anunciados como las estrellas del mañana, los jóvenes rebosantes de calidad llamados a forjar el futuro del deporte rey.

Pero Ahmed y Abdoh Otayf, ambos internacionales sub-20 de Arabia Saudí en la edición de EAU 2003, no se fijarán en la lista de nombres ilustres. Para ellos, el duelo más importante será el que se dispute el 31 de julio en el Estadio Centenario, donde su hermano pequeño, Abdullah, confía en vestir los colores de su país ante Croacia en el Grupo D. ¿Y quién mejor que ellos, que ya disputaron el torneo, para aconsejar al muchacho antes de poner rumbo a tierras sudamericanas?

Recuerdos de la infancia
Abdullah era todavía un niño cuando sus dos hermanos participaron en la Copa Mundial Sub-20 de la FIFA hace ocho años. El mayor, Ahmed, formó de inicio en los tres partidos de la liguilla que jugaron los saudíes, y Abdoh actuó en dos: ante México, tras comenzar como suplente, y de titular en la última cita, contra Costa de Marfil.

“Entonces yo tenía 11 años, pero pude seguir lo que hacían”, recuerda para FIFA.com el volante Abdullah, que ya ha cumplido los 18. “Rindieron a un buen nivel, y aunque el equipo no consiguió clasificarse para la siguiente ronda acumularon mucha experiencia. Jugar en un gran torneo y codearse con futbolistas de tantos países distintos fue una oportunidad fantástica para los dos”.

Ahmed también recuerda perfectamente aquel certamen celebrado en los Emiratos Árabes Unidos. “Fue algo bonito y triste, al mismo tiempo. Participar en una prueba internacional del máximo nivel como el Mundial sub-20 fue algo increíble, aunque quedar eliminados en la fase de liguilla representó un duro golpe. Pero, en conjunto, el Mundial fue una experiencia positiva”.

“El mayor mazazo fue el último partido, contra Costa de Marfil”, continúa Ahmed, ahora internacional absoluto, igual que Abdoh. “Estábamos obligados a ganar para estar en octavos, y el equipo tuvo una gran actuación, pero al principio desperdició varias oportunidades claras y acabó pagándolo”.

Abdoh, por su parte, considera que EAU 2003 le proporcionó la motivación y la confianza que necesitaba para llegar al primer equipo saudí. El centrocampista fue luego uno de los integrantes del combinado nacional que alcanzó la final de la Copa Asiática 2007, y también viajó a la edición de Qatar 2011 en compañía de Ahmed. “El Mundial sub-20 nos dio sed de triunfos y confianza”, explica Abdoh. “Además, es una auténtica educación, la ocasión de vivir otras culturas. En el plano personal, esa participación me influyó mucho en cuanto al carácter. Me dio el ímpetu que necesitaba para impulsar mi carrera en el club y con la selección”.

Un papel decisivo
Y el benjamín de los tres tuvo mucho que ver en la clasificación de Arabia Saudí para Colombia 2011, ya que disputó los cinco partidos de su país en el Campeonato Asiático Sub-19 organizado en China. Fue él quien firmó un decisivo tanto del empate en cuartos de final contra Uzbekistán, a solo tres minutos de la conclusión. Después de que ese gol forzase la prórroga, una diana de Fahad al Johani acabó certificando la victoria que abría a los saudíes las puertas de las semifinales, y la consiguiente presencia en Sudamérica.

“El torneo fue fabuloso”, afirma Abdullah acerca de la competición china. “No tengo palabras para expresar la felicidad que sentí al marcar ese gol contra Uzbekistán. Alabado sea Dios, ganamos el partido y nos clasificamos para Colombia”.

Ahora, en el escenario global, a Arabia Saudí le aguarda una ardua tarea. Deberá medirse en el Grupo D a Croacia, cuarta del Campeonato Sub-19 de la UEFA, a Nigeria, campeona de África, y a la debutante Guatemala. A pesar de la envergadura del reto, a Abdullah no le falta confianza. “La Asociación Saudí ha fichado al entrenador brasileño Rogério Lourenço, que condujo a Brasil a la final del Mundial sub-20 de Egipto 2009, así que no es imposible que lo repita con nosotros. El trofeo está ahí, ¡espero que lo ganemos!”.

El fútbol corre por sus venas
Las proezas futbolísticas de la familia Otayf no se limitan a Ahmed, Abdoh y Abdullah. Saqr compite junto a sus hermanos como delantero en el Al Shabab, club de la primera división saudí. Y un quinto hermano, Ali, también aspira a hacerse un hueco como profesional.

El mayor de todos, Ahmed, opina que esta extraordinaria concentración de calidad viene de familia. “Todos tenemos ese talento, es un don de Dios. Pero si todos hemos podido dedicarnos al fútbol es porque nos apasiona. En el fútbol no hay muchas familias como la nuestra”.

“Espero que esté física y mentalmente preparado para Colombia, porque participar en una Copa Mundial Sub-20 de la FIFA es una oportunidad que solo llega una vez en la vida”, añade, como consejo para Abdullah. “Tampoco debe dejar que nada afecte a su confianza, sobre todo, en vista de su talento”.

Abdoh considera que su hermano tiene mucho que ofrecer, si bien aún no está totalmente formado como futbolista. “Nunca he perdido de vista a Abdullah, y puedo decir que posee una gran inteligencia para el fútbol”.

“Con su visión y su estilo de juego, puede ayudar mucho a hacer que un equipo se comporte como un bloque. Reacciona enseguida y garantiza la distribución de la pelota, aunque debe mejorar el disparo y la precisión de los pases en largo, son sus puntos débiles, y tiene que trabajar para corregirlos”.

El propio Abdullah atribuye el mérito de sus progresos a sus hermanos, y destaca la importancia de las charlas que siempre mantienen después de los partidos para evaluar el desempeño de cada uno. “La ayuda de Ahmed y Abdoh ha sido valiosísima”, dice el ambicioso joven. “Me han dado muchos consejos muy útiles para mi carrera. Mi gran sueño es jugar un Mundial, aunque también quiero ganar muchos títulos y seguir los pasos de mis hermanos”, concluye.

No hay comentarios:

Publicar un comentario