En la historia del fútbol uruguayo, la temporada 1995 está marcada con letras doradas. Y no es para menos: fue en ese año que la Celeste consiguió la Copa América disputada en casa, último título oficial de su rico palmarés. En aquel equipo que despertó la admiración de los aficionados uruguayos se encontraban varios especialistas en pelota parada como Enzo Francescoli, Pablo Bengoechea y Daniel Fonseca, quien marcó el primer tanto de los locales en la campaña.
En Tacuarembó, a 390 kilómetros de Montevideo, eran varios los niños que por aquel entonces soñaban con emular a sus ídolos. Entre otros, comenzaba a pegarle al balón Adrián Luna, el actual goleador del seleccionado charrúa sub-20 que es representado, curiosamente, por Fonseca. “Ya desde pequeño me encantaba el fútbol. Iba a jugar con amigos, como todos los chicos”, cuenta el atacante de Defensor Sporting a FIFA.com.
No obstante, a 16 años de aquella gesta, no sólo la camiseta y el vínculo profesional unen a Luna con Fonseca. El joven uruguayo es, al igual que su representante, un especialista en la ejecución de tiros libres. “Practico mucho. Me gusta quedarme con mis compañeros después del entrenamiento, más que no sea por diversión, y quedarme pateando al arco todo lo que se puedo”, confiesa quien, al parecer, ha sacado rédito de tanta práctica.
Peligro de gol
En el reciente torneo sudamericano disputado en Perú, el goleador marcó tres tantos, todos de tiro libre. Y hay más: salvo el de la goleada ante Chile en primera ronda (4-0), sus ejecuciones frente a la Roja nuevamente y Colombia en la fase final le valieron a Uruguay 6 unidades fundamentales en su posterior clasificación a la Copa Mundial Sub-20 de la FIFA Colombia 2011 y el Torneo Olímpico de Fútbol Londres 2012.
“El tiro libre representa un aspecto muy importante del juego, que define partidos”, analiza Luna, quien se diferencia de Andrea Pirlo y Cristiano Ronaldo, sus referentes en la materia. “Ellos le dan con el empeine, más seco, algo que intento imitar si le pego desde lejos. Pero cuando es más cerca, acompaño un poco más el remate. Requiere mucha concentración”, revela.
Sin embargo, de cara a la cita colombiana de fines de julio, quien le marcara otro tiro libre a España en la Copa Mundial Sub-17 de la FIFA Nigeria 2009 no se ilusiona sólo con balones parados. Por el contrario, aclara que “siempre me imagino los partidos y sueño con hacer goles de todos los colores. Ojalá no dependemos tanto de la pelota parada. Si bien es una herramienta válida, no tenemos que descuidar otros aspectos del juego”.
De arco a arco
Si de niño soñaba con ser portero, Adrián tuvo que resignarse a jugar como delantero rápidamente. “Me encantaba volar y revolcarme en el césped, pero no tenía altura para el arco”, reconoce entre risas. Hoy, cuando su ingreso a la liga española parece un hecho, el fútbol uruguayo debe agradecer aquel cambio de posición.
“Soy un mediapunta rápido, que se mueve por todo el frente de ataque y patea mucho al arco”, se autodefine quien fuera comparado por Juan Verzeri, el entrenador charrúa, con el argentino Javier Saviola: “Es correcto el paralelismo, Adrián es un jugador punzante, vertical, determinante con sus diagonales. Un referente futbolístico, dueño además de una pegada soberbia”.
Saviola ya fue campeón mundial juvenil en 2001, cuando batió un récord de goles en la competición con 11 festejos. Luna, confeso y asiduo lector, prefiere ir de a poco y dar lo mejor de sí. Tal como indica su libro ‘Los cuatro acuerdos de la sabiduría tolteca’, recomendado por el psicólogo del plantel charrúa. “Sé lo que puedo darle a Uruguay, pero no voy a ponerme a la altura de las grandes figuras. Ese tipo de evaluación se la dejo a los periodistas”, avisa este admirador de Diego Forlán, que sueña con demostrar su valía en el Grupo B de Colombia 2011.
Portugal, Camerún y Nueva Zelanda serán sus rivales y ya están advertidos de su potencial, así como el de sus compañeros. “Queremos hacer historia como en el sudamericano. Uruguay nunca ganó un Mundial Su-20, y nos encantaría lograrlo”, afirma. Con sus diagonales y tiros libres, todo es posible.
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